El enfoque de la dieta está cambiando radicalmente y tener que hacer una dieta para bajar de peso ya no es obligatorio.

Entonces, ¿qué es lo que da resultado? Te alegrará saber que simplemente con cambiar tus hábitos te traerá efectos profundos y a largo plazo.

Estas son las nuevas e inteligentes estrategias que realmente valen la pena intentar.

Eliminar las aplicaciones de conteo de calorías

Tu cuerpo reacciona a las calorías de forma diferente dependiendo de los alimentos que comas.

Así que en lugar de calcular y reducir obsesivamente las calorías, concéntrese en comer los alimentos adecuados.

El consumo de carbohidratos procesados hace que el nivel de insulina aumente, lo que hace que las células grasas almacenen un exceso de calorías.

La proteína, por otro lado, desencadena una hormona que saca las calorías del almacenamiento.

Consigue muchas proteínas e intercambia los carbohidratos procesados por alimentos ricos en grasas saludables y por carbohidratos naturales como frutas, verduras y frijoles.

Reduce tus entrenamientos de HIIT

Si estás corriendo, haciendo spinning y yendo a las clases de HIIT como una loca pero aún así no pierdes peso, podrías estar exagerando con este tema.

El sobreentrenamiento lleva a una sobreproducción de cortisol, la hormona del estrés que te hace desear azúcar y almacenar grasa. 

Limita tus entrenamientos a tres sesiones por semana y verás mucho más resultados que con 7 sesiones semanales.

Tener sexo por la mañana los fines de semana

Los altos niveles de oxitocina (la “hormona del amor” que se libera cuando se tiene una relación íntima con otra persona) pueden ayudar a comer menos.

Dado que consumimos hasta 400 calorías más los sábados y los domingos que los días de semana, ocuparse entre las sábanas puede ayudar a compensar el daño de la dieta.

Bájale la música cuando comas

La gente comía más pretzels cuando escuchaba sonidos que ahogaban el ruido del crujido del bocadillo.

Atribúyelo a la atención: Cuando usted está más consciente de lo que está comiendo (como cuando se escucha a sí mismo masticando), es más probable que dejes de comer antes.

Si no estás comiendo alimentos crujientes, o prefiere conversar con tus compañeros de cena en lugar de escuchar cada bocado, tome nota de otros detalles acerca de tu comida.

Mira la comida en tu tenedor antes de llevársela a la boca, aprecia cómo huele y saborea tus alimentos.

Escucha comedia 

Las horas que pasas yendo y viniendo del trabajo son a menudo las partes más estresantes de tu día, lo que no es bueno para tu cintura.

El estrés hace que las glándulas suprarrenales liberen cortisol, lo que puede hacer que se tenga un antojo de azúcar y que se aumente de peso.

 Por eso se recomienda que escuches algo cómico durante el viaje a tu trabajo o al momento de trabajar.

Revisa tu botiquín

El diez por ciento de la obesidad es causada por medicamentos, pero los culpables no siempre son los más obvios, como el control de la natalidad y los antidepresivos.

De hecho, los antihistamínicos son un problema común, porque hemos descubrimos que pueden aumentar el apetito y provocar un aumento de peso.

Reajuste tu reloj del apetito

Asegúrarte de empezar el día con un desayuno es inteligente por algunas razones.

Una comida sana por la mañana ayuda a establecer el tono para las elecciones dietéticas positivas a lo largo del día, y las investigaciones demuestran que los que desayunan tienden a moverse más y a comer menos.

Además, tienes la mayor fuerza de voluntad por la mañana, por lo que es más probable que elijas alimentos saludables en ese momento, lo que hace que sea un momento inteligente para consumir más calorías diarias.

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